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Compañera del coro y amiga, querida por todos. Nos dejó en 2020, pero su cariño sigue con nosotros.

Sagrario, Coincidimos poco tiempo en la coral. Yo he aprendido a conocerte desde tu ausencia, escuchando cómo eras y viendo el gran cariño y respeto que sienten por ti las personas que tuvieron la suerte de compartir contigo cantos, tristezas y alegrías. Hoy, desde dónde estés, seguro que disfrutarás del concierto que tu coral te dedicamos. Te queremos!  

Alba

Sagrario Villaverde
 Así era ella...  
Estrella que iluminaba 
cada estancia cuando entraba,  
Sonrisa eterna en su cara  
Y siempre buenas palabras,  
Mucho o poco tiempo dio  
A este grupo que la extraña,  
Pero siempre que podía,  
Ella nos acompañaba.  
No pasa día en que alguno  
la mencione. Añoranza...  
Por motivos diferentes  
Forma parte de esta andanza.…     

Ana T.    

“Sagrario, siempre estarás con nosotros con tu sonrisa y tu dulzura pero sobre todo por ser una persona excelente»

Elena DLM

Siempre has estado  cantando con nosotros y lo seguirás haciendo!

Luis

«Gracias por tu entusiasmo contagioso, eres de esas personas que nos hacen mejores«

Laura

 ¡Qué cansado el cielo de ser cielo!
 de ser azul y negro,
 de ser claro,
 de ser cielo,
 qué cansado está el cielo...…
  
 ¡Qué cansada la tierra de ser tierra!
 de ser monte y ser piedra,
 de ser cieno y ser niebla
 de ser dura y ser tierra,
 ¡Qué cansada la tierra!...
  
Son unos versos entresacados de Alfonsa de la torre.
Estos versos me recuerdan la última conversación que tuvimos, y como el cielo y la tierra siempre formarán parte del coro.
  
 Marce 
Para Sagrario, nuestra querida compañera.
  
 Do, Re, Mi, Fa, Sol,
 en tu corazón y el nuestro.
 La, Si, Do, 
 Resuenan y saltan a brincos. 
 Si, Mi, La, Re, Sol, Do, Fa, 
 Las notas saltan y corren , 
 Se agitan en la garganta, 
 Para llegar hasta ti, 
 En tu eterno paradero. 
  
 Recorren ligeras el cielo, 
 Llenando el vacío universo,
 rodean tu alma en caricia
 con  suave brisa en el  aire,
 Como el deseo de un beso.
 Sólo tu alma inocente,
 dulce y siempre querida, 
 al vuelo de blancas y negras
 Entona con  alegría,
 las canciones que por ti,
 tu coro tienen el pecho, 
 para pensar que te cuidan 
 y que abrazan tu recuerdo. 
  
 Duerme mientras te acunan
 y cantan en tu universo.

 La letra de las canciones susurra en un  suave rezo:
Sagrario, compañera, nunca te olvidaremos .
  
 Maribel 
Mis recuerdos

Sus ojos: tan profundos que te catapultaban en las entrañas y misterios de la tierra
Sus manos: sutiles, elegantes y ocupadas febrilmente en urdir filigranas y malabares sin tiempo.
Su boca: adornada por una arquitectura improbable de sus dientes, ingenua y traviesa sonrisa.
Sus boquerones: infalible presencia en nuestros encuentros. Ante tantos elogios míos, me dijo: no lo cuentes, pero son de Mercadona.
Y mis naranjas del pasado invierno. Quiero pensar que fueron un alivio, fugaz pero un alivio.

Fede

Todavía recuerdo el día que llegaste por primera vez al coro. Se te notaba un poco nerviosa. Me preguntaste: ¿Cómo es el director?, ¿es muy difícil lo que hacéis?, ¿leéis música? ¿Cómo son los ensayos?
Quería tranquilizarte y te pregunté: ¿te gusta la música? Tú me contestaste: si mucho y te dije: esto es muy fácil, disfruta y diviértete.
Tuve claro que te quedaste con eso, porque en todos estos años me has dicho muchas veces lo bien que te lo pasabas, incluso cuando hablábamos durante tus tratamientos me decías que gracias a la música con el estudio y los ensayos se te hacía más llevadero.
Yo seguiré recordando por las dos y con quien se quiera unir en cada concierto, vamos a disfrutar y a divertirnos.

Marisa

Querida amiga y compañera, hace ya 25 años que nuestras vidas se fueron entrelazando. Durante este tiempo hemos compartido alegrías y preocupaciones que nos han ido acercando: maternidades, hijos, proyectos profesionales… y en los últimos años nuestra común afición por la música.

Cuando te animé a formar parte del coro aceptaste gustosa y llegaste cargada de ilusión, capacidad de trabajo y empatía. Desde el primer momento te ganaste un hueco en el corazón de cada uno de sus miembros. Supiste contagiar tu entusiasmo y amor por la música a tus familiares y amigos, que han sido fieles seguidores de nuestros conciertos.

Fuiste perseverante hasta en los momentos más duros de tu enfermedad. La partitura del siguiente concierto era tu libro de cabecera. Siempre has tenido una palabra de ánimo y esperanza para los que se preocupaban por tu salud.

Por eso hoy te recordamos como un ejemplo de entereza, superación y lucha por la vida.

Añoramos tu bondad y tu dulzura, pero tu “clara y serena” mirada reconforta nuestro corazón.

Pilar